De la Villa a los Doguitos, en bicicleta

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Updated: febrero 4, 2020

 

El sábado que pasó, Gastón Varela se levantó temprano. A las 8 ya trabajaba en la verdulería de su mamá Maira; al mediodía fue a comprar cubiertas y cámaras para su bicicleta; luego cocinó, almorzó en familia, acompañó a su novia, se subió a la bici y recorrió los 13 kilómetros que separan barrio Cabildo del Jockey Club Córdoba. Desde hace una semana Gastón entrena con el seleccionado cordobés M18 que se prepara para el Campeonato Argentino. Es primera línea y juega en Villa Libertador Rugby.

 

¿Cómo llegaste a este primer entrenamiento del año con los Doguitos?
Ni yo sé cómo llegue, jajaja. Creo que porque siempre estuve muy comprometido con el entrenamiento, porque siempre traté de dar todo.

Gastón cumplirá 18 en julio y juega desde los 10. “Siempre jugué en la Villa. Un primo que jugaba me invitó, fui y me gustó. Y no lo dejé más. Me gusta el contacto, el compañerismo, el respeto”, cuenta Gastón, el mayor de cinco hermanos, todos juegan en la Villa. Para ellos cocinó el sábado: bifes con verduras gratinadas con queso. “Cocino cualquier cosa, me gusta cocinar”, dice y se ríe.

Fue el entrenador de la Villa, Matías Ferreyra, “Cogote”, quien lo recomendó a Diego Ghiglione, HC de los seleccionados provinciales. Gastón debía presentarse en el primer test físico del año, en La Tablada. “Me llevó Matías, yo no sabía cómo ir. También me dio botines y un short para entrenar, yo no tenía. Pero ese día llovió y se suspendió. El entrenamiento se hizo otro día y ya fui solo, en la bici”, cuenta Gastón con naturalidad, con la misma tranquilidad con la que, afirma, pedaleó los 17 kilómetros de ida y los otros 17 de vuelta entre Cabildo y Urca.

 

Durante el entrenamiento en Jockey estuvo muy participativo y se lo notó disfrutar. La sonrisa no se le borró nunca. “Lo vi con muchas ganas, una gran predisposición y con mucho conocimiento del juego. Sabíamos que lo citábamos por su buen presente deportivo. Como todos los chicos que llegan a un seleccionado provincial se nota que tiene muchas ganas de aprender, de sumarse al grupo y de dar todo para disfrutar de integrar un seleccionado”, señala Ghiglione.

Gastón no es un “descubrimiento” reciente. Fue parte de los Cefar en años anteriores, pero no pudo cumplir el ciclo. “Por diferentes motivos, por falta de plata, a veces no podía asistir a los entrenamientos y dejé. Por eso me compré la bici”.

Estudiante de sexto año en un Ipem de barrio Congreso, laburante en el negocio de la madre, en este verano trabajó de albañil con su abuelo. No va al gimnasio, no toma proteínas. No hay plata. Tampoco tiene el roce competitivo de un jugador juvenil de un club de Primera División. Pero le sobran ganas para cumplir sus objetivos: “Quiero estar en la lista que jugará el Argentino”, dice, convencido. También sueña con jugar en la Primera de la Villa, “cuando cumpla los 18”.

Hace un buen rato que finalizó el entrenamiento y las últimas fotos lo retratan en su bicicleta. Se calza el casco, dispara su última sonrisa y emprende el regreso al barrio. 13 kilómetros de pedaleo con el corazón latiendo fuerte y una enorme ilusión a flor de piel.

Fotos: Seguí tu Pasión

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