“El scrum es la esencia del rugby”
El 12 de agosto de 1995 la vida cambió drásticamente para Diego Raposo. Contaba 24 años por entonces, jugaba de hooker en Palermo Bajo, entró en un scrum y salió de él en silla de ruedas. Dos décadas después de aquella infausta jornada, Diego dialoga con Rugby Full en un alto de su entrenamiento en el polideportivo General Paz. Juega quad rugby, y lo hace con la misma pasión de otrora. Lunes, miércoles y viernes cierra su ferretería en Tanti, se sube al auto y viaja a Córdoba para entrenar.
Su lesión es el antecedente más cercano en el rugby cordobés a la que sufrió Federico Bocelli, el pibe de la M17 de Tala. Diego es miembro de la FUAR, fundación que agrupa y asiste a los lesionados graves del rugby, y estos días de convulsión y dolor en nuestro rugby lo transportan a aquella tarde de agosto del ’95. “Estos días son extremadamente convulsionados. Cuando recibí la noticia estaba en casa, fue muy traumático, justo estaba con el papá de un jugador de la M16 de Tala. Cada vez que hay una lesión es un poco revivir no tanto la lesión en sí, sino todo lo que acarrea el post lesión, que es muy duro. Todo lo que la pasamos no guardamos un grato recuerdo de ese momento, del luto, digamos. Es muy lamentable lo que pasó y más en un chico muy joven. Todos estamos haciendo fuerzas para que se recupere”, dice Diego, un tipo positivo, optimista, de razonamiento claro y contundente, un enamorado del rugby, un apasionado del scrum.
“Me encantaba jugar de hooker. El scrum es la esencia del rugby, es la pulseada, el medirte con tu rival, la punta de lanza. Solamente un primera línea se da cuenta y siente lo especial de estar ahí, lo especial de ese contacto”, cuenta.
¿Qué opinás del debate que se está dando en el rugby argentino respecto al scrum?
Me considero un fundamentalista de la disputa del scrum, de esa pulseada. Es una opinión muy personal. Tal vez soy de la vieja escuela, pero siento que el scrum es la esencia del rugby. Me parece que hasta ahora se han manipulado las reglas en pos del aprovechamiento del reglamento. Si me dejo empujar, te cobran un freekick. Si tiro el scrum, a lo mejor zafo. Me parece que no se está jugando con lealtad y se legaliza la trampa. Creo que con volver a ser honestos en la forma de disputarlo se soluciona más rápido.
¿Antes se jugaba con más lealtad que ahora?
Tal vez sí. Ya soy viejo, entonces añoro los años pasados y a lo mejor creo que antes había otra espiritualidad en esto tan especial como el scrum. Capaz que seguro me equivoco, ojo. Sí es diferente, y a lo mejor tiene que ver con las reglas nuevas, con darle más velocidad al juego. Muchas veces lo charlamos con amigos y coincidimos que este rugby parece un deporte nuevo.
¿Y te gusta este deporte “nuevo”?
Me atrae, me gusta mucho ver algunas cosas que se han ido implementando y hay otras cosas que me asustan, como el rol del pescador, que está muy expuesto. Me gustan la velocidad, la dinámica, la adrenalina que genera un juego tan vertiginoso.
¿Qué opinás sobre los cambios que se están experimentando en el scrum?
He tenido la oportunidad de escuchar y opinar en el Comité de Seguridad, y me generan dudas algunas situaciones: por ejemplo, la mayor cantidad de lesiones se provocan en el momento de la entrada, post entrada o el primer empuje, por lo que el metro y medio (distancia máxima de empuje) no tendría mucha significación. Vuelvo a lo mismo. Esto se soluciona sin tantas leyes y siendo más leales en el juego, siendo honestos con nosotros y con nuestros rivales. Así se evitarían lesiones y tendríamos un scrum sano y hasta más divertido.
En este cierre de año, se supone que excepcionalmente, en los torneos de Córdoba, no se disputará el scrum. ¿Cómo lo ves?
Sin scrum habría que renombrar este deporte. El scrum es distintivo del rugby, en ningún otro deporte se da esta justa entre jugadores de uno y otro equipo.
¿Te enseñaron a hacer trampa cuando jugabas?
Nunca un entrenador me enseñó la trampa. Me enseñaron a jugarlo con lealtad, con honorabilidad.
¿Por qué estás sentado en una silla?
Por una fatalidad del juego. Nunca busqué un responsable, siempre me atribuí la culpa para proteger a mis compañeros y amigos, porque hubiese sido muy liviano de mi parte -y hasta egoísta- echar culpas. Yo decidí estar ahí, yo decidí entrar en el scrum. No hay otro culpable que no sea yo.
¿Nunca cuestionaste al rugby?
No, no. Lo único que me cuestiono hasta el día de hoy es no poder jugar al rugby. Es lo único que extraño de caminar, de estar sentado en la silla.
Supongo que más de una vez te dijeron: mirá lo que te pasó por el rugby…
Un montón de veces. Quien no ha sido jugador de rugby no lo va a entender jamás. Yo viví el rugby como una forma de vida, y así se vive en cada club.
¿Seguís sintiendo que sos un jugador de rugby?
Totalmente. A mi me ponen de pie mañana y haría lo imposible por estar en una cancha, aunque sea poder entrarle a la amansadora. El rugby me hizo lo que soy.
¿Y cómo es el Diego Raposo que hizo el rugby?
Un tipo íntegro, leal y honesto.
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